Sunday, November 19, 2006

Los galos

Tengo mi propia teoría sobre este "fenómeno", basada en la observación, he comprobado, por supuesto de una forma científica, que cuando se trata de quedar con alguien, el idioma se vuelve algo ininteligible y por alguna extraña razón, aunque repitas mil veces que la cita será a las nueve, el 99% de la gente entiende siempre a las diez.



Pensaba yo que nadie, nunca, había podido evitar esta "dislexia horaria" universal, sin embargo resulta que hubo un pueblo que si lo consiguió.



Los galos tenían una costumbre un tanto "extraña", pero terriblemente efectiva para evitar los retrasos, costumbre que todos cumplían a rajatabla. En las grandes asambleas de representantes empleaban una convincente fórmula para que todos estuvieran en su sitio y a su hora y que consistía en matar, sin excepción, al último que llegaba.



Quizá un tanto radical, pero hay que reconocer que desde luego muy, pero que muy, efectiva.

Los galos

Tengo mi propia teoría sobre este "fenómeno", basada en la observación, he comprobado, por supuesto de una forma científica, que cuando se trata de quedar con alguien, el idioma se vuelve algo ininteligible y por alguna extraña razón, aunque repitas mil veces que la cita será a las nueve, el 99% de la gente entiende siempre a las diez.



Pensaba yo que nadie, nunca, había podido evitar esta "dislexia horaria" universal, sin embargo resulta que hubo un pueblo que si lo consiguió.



Los galos tenían una costumbre un tanto "extraña", pero terriblemente efectiva para evitar los retrasos, costumbre que todos cumplían a rajatabla. En las grandes asambleas de representantes empleaban una convincente fórmula para que todos estuvieran en su sitio y a su hora y que consistía en matar, sin excepción, al último que llegaba.



Quizá un tanto radical, pero hay que reconocer que desde luego muy, pero que muy, efectiva.