De verdad que me gustaría reciclarlo todo, que sería una persona feliz si pudiera tener un cubo para los desperdicios orgánicos, un saco para el papel, otro cubo para el vidrio, un cubo para plásticos, latas y briks, una bolsita para las pilas, un recipiente para depositar el aceite usado y varios más para las basuras más contaminantes que no pueden mezclarse entre ellas, y por supuesto, tener una zona aparte para guardar los muebles viejos esperando a que llegue el día que pase el camión del ayuntamiento a recogerlos.
Completamente feliz, y no sólo porque iba a dar rienda suelta a mi , ahora forzosamente reprimida conciencia ecologista, sino, y esto que quede entre nosotros, porque, estaría viviendo en un chalet de más mil metros cuadrados, como el de ellos.
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